viernes, 14 de noviembre de 2014

jueves, 13 de noviembre de 2014

No Temas, Dios continúa a tu lado

Salmo 27
Salmo de David.

1 El Señor es mi luz y mi salvación,
    entonces ¿por qué habría de temer?
El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro,
    entonces ¿por qué habría de temblar?
2 Cuando los malvados vengan a devorarme,
    cuando mis enemigos y adversarios me ataquen,
    tropezarán y caerán.
3 Aunque un ejército poderoso me rodee,
    mi corazón no temerá.
Aunque me ataquen,
    permaneceré confiado.
4 Lo único que le pido al Señor
    —lo que más anhelo—
es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida,
    deleitándome en la perfección del Señor
    y meditando dentro de su templo.
5 Pues él me ocultará allí cuando vengan dificultades;
    me esconderá en su santuario.
    Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará.
6 Entonces mantendré mi cabeza en alto,
    por encima de los enemigos que me rodean.
En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría,
    y con música cantaré y alabaré al Señor.
7 Escúchame cuando oro, oh Señor;
    ¡ten misericordia y respóndeme!
8 Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo».
    Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor».
9 No me des la espalda;
    no rechaces a tu siervo con enojo.
    Tú siempre has sido mi ayudador.
No me dejes ahora; no me abandones,
    ¡oh Dios de mi salvación!
10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
    el Señor me mantendrá cerca.
11 Enséñame cómo vivir, oh Señor.
    Guíame por el camino correcto,
    porque mis enemigos me esperan.
12 No permitas que caiga en sus manos.
    Pues me acusan de cosas que nunca hice;
    cada vez que respiran, me amenazan con violencia.
13 Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor
    mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes.
14 Espera con paciencia al Señor;
    sé valiente y esforzado;
    sí, espera al Señor con paciencia.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

No hay NADA en mí que Dios no conozca

Salmo 139:23-24

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
    pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.
24 Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda
    y guíame por el camino de la vida eterna.


Sí, exactamente, eso que estas pensando en este momento, Dios lo conoce. Es maravilloso saber que Dios conoce cada rincón de nuestros corazones, a tal punto que sabe cuando estamos tristes y cuando estamos alegres. Recuerdo que en una intervención en crisis casi quedo sin palabras cuando una señora ahogada en llanto profundo, de entrada y sin mediar más palabras, me aborda con éstas preguntas... "¿por qué me siento tan sola? Le oro a Dios pero no siento nada. Hay gente que me dice que Dios les habla, y "¿por qué a mi no me dice nada si estoy sufriendo?"

En un instante, rebuscando en mi maletín mental de conocimientos prácticos y teóricos de la consejería, me sentí desprovista. Continúe escuchándola, hasta que Dios me habló a mi corazón... "cuéntale eso mismo, dile como se escucha mi voz, directo al corazón".

La mujer tenía tantas cosas que producían ruido en su vida que le imposibilitaban escuchar cuando Dios le hablaba a su corazón. El Salmo 139:23-24, nos muestra lo omnisciente de Dios. Él no nos conoce simplemente por conocernos, sino más bien para que al saber que no hay nada que podamos esconderle vengamos a Él con corazones sinceros, expuestos, libres de máscaras y tapujos.

En este día medita en lo siguiente: ¿ESTOY PERMITIENDO QUE DIOS ME HABLE AL CORAZÓN?

Recuerda, Dios conoce lo más íntimo de ti, pero necesitas afinar tu oído (corazón) para escucharle. Si todavía no le has conocido, este es tu día para silenciar los afanes y preocupaciones y escuchar su voz llamándote.


Dios tú me conoces

Salmo 139: 1-18, salmo de David.

1 Oh Señor, has examinado mi corazón
    y sabes todo acerca de mí.
2 Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;
    conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos.
3 Me ves cuando viajo
    y cuando descanso en casa.
    Sabes todo lo que hago.
4 Sabes lo que voy a decir
    incluso antes de que lo diga, Señor.
5 Vas delante y detrás de mí.
    Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
6 Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí,
    ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!

7 ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu!
    ¡Jamás podría huir de tu presencia!
8 Si subo al cielo, allí estás tú;
    si desciendo a la tumba,[a] allí estás tú.
9 Si cabalgo sobre las alas de la mañana,
    si habito junto a los océanos más lejanos,
10 aun allí me guiará tu mano
    y me sostendrá tu fuerza.
11 Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara,
    y a la luz que me rodea, que se convierta en noche;
12     pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti.
Para ti, la noche es tan brillante como el día.
    La oscuridad y la luz son lo mismo para ti.

13 Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo
    y me entretejiste en el vientre de mi madre.
14 ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
    Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.
15 Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto,
    mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz.
16 Me viste antes de que naciera.
    Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.
Cada momento fue diseñado
    antes de que un solo día pasara.

17 Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí,[b] oh Dios.
    ¡No se pueden enumerar!
18 Ni siquiera puedo contarlos;
    ¡suman más que los granos de la arena!
Y cuando despierto,
    ¡todavía estás conmigo




martes, 11 de noviembre de 2014

Dios nunca nos abandona

2 Corintios 4:8-9

8 Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. 9 Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos.






Buenos Días

 Por tanto, no tengan miedo,
pues yo soy su Dios
y estoy con ustedes.
Mi mano victoriosa
les dará fuerza y ayuda;
mi mano victoriosa
siempre les dará su apoyo. Isaías 41:10



Dependemos totalmente de Dios. Somos seres frágiles...

Salmos 103:14-16
14 Pues él sabe lo débiles que somos;
se acuerda de que somos tan solo polvo.
15 Nuestros días sobre la tierra son como la hierba;
 igual que las flores silvestres, florecemos y morimos.
16 El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos estado aquí.

Sin embargo, Dios es eterno...

Salmos 90:2
2 Antes de que nacieran las montañas,
    antes de que dieras vida a la tierra y al mundo,
    desde el principio y hasta el fin, tú eres Dios.

¿Por que no extiendes tu mano y la confías en aquel  que nunca dejará de ser? Las circunstancias cambian, la gente cambia, las posesiones  desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, más Dios siempre ha sido y por siempre será Dios.  ¿No crees que es tiempo de pensar en lo eterno?
Este es el día de cambiar, el día de hacer a Dios el enfoque principal de tu vida.
He aquí la pregunta para reflexionar el día de hoy...
¿CONOCES AL ETERNO?

El Terreno de tu Corazón

¿Qué tipo de terreno consideras es tu corazón? Ésta es una pregunta simple pero profunda a la vez. Aunque podríamos contestarla  rápidamente basándonos en experiencias meramente religiosas, esotéricas o humanistas, lo que Jesús quizo enseñarnos en Mateo 13 va más allá de una simple experiencia. Esta enseñanza es un llamado a escudriñar, a reflexionar sobre el impacto que tiene (o ha tenido) la Palabra de Dios en nuestras vidas. 

Muchos de nosotros hemos escuchado sobre Dios por años, incluso hemos hecho hasta lo indecible para no dejar de creer en Dios. Algunos, aún asistimos a algún tipo de reunión religiosa. Otros optan por al menos reconocer la existencia de un ser supremo, mientras que unos cuantos simplemente no creen que Dios existe y no se molestarían en entender "mitos" como ese.

Sin embargo, aquellos de nosotros que todavía nos interesa mantener a Dios como parte de nuestros asuntos deberíamos preguntarnos  que frutos ha producido la palabra de Dios en nosotros. Bueno, mirándolo de esa manera, pues sí, hemos producido ciertos valores universales,  somos gente de bien, no procuramos el mal de nadie, ni le negamos ayuda al ningún ser humano en necesidad, sobretodo somos creyentes en Dios. Pero, ¿era esa toda la tierra buena y fértil que Dios quería utilizar en nuestros corazones? ¿A que se refería Jesús cuando dijo... "Las semillas que cayeron en la buena tierra representan a los que de verdad oyen y entienden la palabra de Dios, ¡y producen una cosecha de treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!"

No cabe duda que producir fruto en Cristo requiere no sólo escuchar,  sino también entender su palabra. Muchos de nosotros nos hemos quedado escuchando sin entender lo que Dios busca producir en nuestras vidas. Entonces, la pregunta obligada es ¿Qué tipo de terreno soy (o he sido)? Medita en ello, mientras que en nuestro próximo blog hablaremos sobre que significa entender la palabra de Dios y que tiene que ver eso con producir una cosecha numerosa.



lunes, 10 de noviembre de 2014

La Semilla

18 »Escuchen ahora la explicación de la parábola acerca del agricultor que salió a sembrar: 19 Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Entonces viene el maligno y arrebata la semilla que fue sembrada en el corazón. 20 Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y de inmediato lo reciben con alegría; 21 pero, como no tienen raíces profundas, no duran mucho. En cuanto tienen problemas o son perseguidos por creer la palabra de Dios, caen. 22 Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen la palabra de Dios, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida y el atractivo de la riqueza, así que no se produce ningún fruto. 23 Las semillas que cayeron en la buena tierra representan a los que de verdad oyen y entienden la palabra de Dios, ¡y producen una cosecha treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!






El Sembrador

Mateo 13 

Parábola del sembrador
13 Más tarde ese mismo día, Jesús salió de la casa y se sentó junto al lago. 2 Pronto se reunió una gran multitud alrededor de él, así que entró en una barca. Se sentó allí y enseñó mientras la gente estaba de pie en la orilla. 3 Contó muchas historias en forma de parábola como la siguiente:

«¡Escuchen! Un agricultor salió a sembrar. 4 A medida que esparcía las semillas por el campo, algunas cayeron sobre el camino y los pájaros vinieron y se las comieron. 5 Otras cayeron en tierra poco profunda con roca debajo de ella. Las semillas germinaron con rapidez porque la tierra era poco profunda; 6 pero pronto las plantas se marchitaron bajo el calor del sol y, como no tenían raíces profundas, murieron. 7 Otras semillas cayeron entre espinos, los cuales crecieron y ahogaron los brotes; 8 pero otras semillas cayeron en tierra fértil, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado! 9 El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda».
Salmos 118:24 dice...

24 Este es el día que hizo el Señor;
    nos gozaremos y alegraremos en él.


domingo, 9 de noviembre de 2014

Buenas Noches

El Salmos 4:8 dice: “En Paz me acostare, y asimismo
dormiré porque sólo Tú Señor me haces vivir confiado”.

Una conciencia tranquila es una buena compañía en la almohada. Cuantas veces nuestras horas de desvelo pueden ser achacadas a nuestra mente en desorden y desconfiada. Aquel quien mece la fe en su sueño duerme dulcemente. No hay almohada tan dulce como una promesa; no hay cobertura tan caliente como un interés seguro en Cristo. C. H. Spurgeon 


Jesús en tí confío

En ocasiones, pareciera como que no tenemos salida. Los problemas y situaciones que enfrentamos se levantan como gigantescas murallas que nos impiden avanzar, obstaculizan nuestro andar y detienen nuestra marcha. Son circunstancias fuera de nuestra capacidad de resolver o manejar, circunstancias que nos dejan sin aliento y hasta desesperanzados. Sin embargo, Cristo nunca predicó un Evangelio de solo triunfos y prosperidad. Al contrario,  y para la desilusión de muchos, Jesús mismo dijo, " ...Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo" Juan 16:33.


Nos queda claro que el vivir en este mundo significa que padeceremos aflicción,  ¿cómo entonces podemos alcanzar esa paz que Cristo nos ofrece? Jesús también dijo, "...Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo" Juan 14:27. De modo, que Cristo mismo se presenta como la solución a las muchas aflicciones que diariamente enfrentamos en nuestras vidas. En Juan 14:1, Él nos exhorta a que no permitamos que nuestro corazón se llene de angustia y temor sino más bien que confiemos plenamente en Él.

El confiar en Él,  nos permite acceso inmediato a su paz. Por lo que hoy te retamos a que abandones el barco de la angustia y la preocupación y te agarres fuertemente de su promesa. Dios tiene paz para ti en este día, solo tienes que abandonarte en sus brazos y confiar en su soberanía.




Jesús Agua de Vida

13 Jesús contestó:
—Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, 14 pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna. Juan 4:13-14

Bienvenidos a Frutos de la Vid

Hoy comenzaremos por lo más importante, dar gracias a Dios por lo que se convertirá en un espacio para compartir lo maravilloso de su gracia en nuestra vidas. Les instamos a que adopten este espacio y lo hagan parte esencial de su vida en Cristo. Un espacio para reflexionar sobre nuestra relación con Dios y cuanto dependemos de Él.  Jesús nuestra vid verdadera, quién nos sustenta y de quién vivimos pegados.