¿Qué tipo de terreno consideras es tu corazón? Ésta es una pregunta simple pero profunda a la vez. Aunque podríamos contestarla rápidamente basándonos en experiencias meramente religiosas, esotéricas o humanistas, lo que Jesús quizo enseñarnos en Mateo 13 va más allá de una simple experiencia. Esta enseñanza es un llamado a escudriñar, a reflexionar sobre el impacto que tiene (o ha tenido) la Palabra de Dios en nuestras vidas.
Muchos de nosotros hemos escuchado sobre Dios por años, incluso hemos hecho hasta lo indecible para no dejar de creer en Dios. Algunos, aún asistimos a algún tipo de reunión religiosa. Otros optan por al menos reconocer la existencia de un ser supremo, mientras que unos cuantos simplemente no creen que Dios existe y no se molestarían en entender "mitos" como ese.
Sin embargo, aquellos de nosotros que todavía nos interesa mantener a Dios como parte de nuestros asuntos deberíamos preguntarnos que frutos ha producido la palabra de Dios en nosotros. Bueno, mirándolo de esa manera, pues sí, hemos producido ciertos valores universales, somos gente de bien, no procuramos el mal de nadie, ni le negamos ayuda al ningún ser humano en necesidad, sobretodo somos creyentes en Dios. Pero, ¿era esa toda la tierra buena y fértil que Dios quería utilizar en nuestros corazones? ¿A que se refería Jesús cuando dijo... "Las semillas que cayeron en la buena tierra representan a los que de verdad oyen y entienden la palabra de Dios, ¡y producen una cosecha de treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!"
No cabe duda que producir fruto en Cristo requiere no sólo escuchar, sino también entender su palabra. Muchos de nosotros nos hemos quedado escuchando sin entender lo que Dios busca producir en nuestras vidas. Entonces, la pregunta obligada es ¿Qué tipo de terreno soy (o he sido)? Medita en ello, mientras que en nuestro próximo blog hablaremos sobre que significa entender la palabra de Dios y que tiene que ver eso con producir una cosecha numerosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario