miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Qué hago de rodillas si mi corazón está de pie?


Perder mi tiempo de rodillas ¿será  eso posible? ¡Pienso que sí! 
Bueno, entonces ¿que hago con mi devoción diaria? De seguro, tal disciplina espiritual es razón para sentirme más cerca de Dios y mucho más capaz de conquistar las situaciones que enfrento a diario.  
Es que si no lo hago mi día no es igual. 
¿En serio?
Todo este ritual diario suena más a amuleto de la buena suerte. ¿Será que no estoy entendiendo algo sobre mi relación con el Eterno? 
o más bien 
¿será que no depende de mí?
¿será que realmente,  creo que el arrodillarme y pasar tiempo en oración me hace más espiritual y más apta para enfrentar las situaciones diarias?
No, en definitiva no, porque entonces debería pensar que cualquier meditación positiva conducirá al mismo resultado. Pero jamás de los jamases eso seria cierto. Porque con ello admitiría que el ser humano es capaz de alcanzar a Dios con tan solo disciplinarse a sí mismo.
Entonces, ¿qué hago, que se requiere de mi para llegar a Dios? Pues, nada, simplemente nada... es vaciarse de mi misma, entender que ni siquiera la capacidad de acercarme a Dios surge de mi propia voluntad. Que la fe que me provoca acercarme a Dios proviene de Él. Que si dependiera de mí ni siquiera me acercaría a Dios.
Entonces ¿porque pensar que al arrodillarme, me refiero físicamente, logro ser más apta para conquistar los retos de mi vida diaria? ¡No, no, y no,  en lo absoluto NO! Si en algún  momento he pensado que con mis disciplinas espirituales puedo vencer las tentaciones, los retos y situaciones diarias me he equivocado malamente.

Sólo Dios, su gracia y la fe que me ha regalado para creer en el sacrificio perfecto de su Hijo Jesús es quién produce en mi tanto el querer como el hacer. 

Filipenses 2:13 NTV - Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.

No hay nada que yo pueda producir en mí, lo suficientemente bueno como para lograrlo. Si pienso que lo hay, me engaño a mí misma. 

Salmos 139:23-24 LBLA - Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno.

En fin, el estar de rodillas no me califica más  ni tampoco me acerca más a su gracia. Eso ya fue hecho  por Cristo en la cruz del calvario. ¿Entonces en que me beneficia el practicar disciplinas espirituales? Nada menos y nada más que en reconocer que cada vez que las practico me ayudan a recordar que si no fuera por Cristo y su sangre no lograría permanecer ni un solo segundo ante la presencia del Dios Santo.
Me recuerdan que cada vez que doblo.mis rodillas no merezco tanta gracia, que mi castigo era la muerte eterna y que fui perdonada porque Jesús pago mi deuda por mí.

Entonces ya ni siquiera me debería pasar por la mente que si me disciplino espiritualmente estoy logrando acercarme más a Dios. Si lo hago es porque estoy agradecida, porque de otra forma estaría pérdida, muerta y sin esperanza. Si no logro entender que es PORQUÉ  y no PARA QUE me arrodillo cada día ante Él, entonces mi corazón estaría  de pie y serían vanas todas mi acciones y mis rituales espirituales.

No hay otra cosa que pueda obtener de mis disciplinas, más que presentar mi vida en agradecimiento.  Verdadero agradecimiento por lo que Cristo hizo por mi en la cruz del calvario.

Preguntémonos hoy...
¿Por qué oramos y leemos la biblia? ¿por qué nos congregamos?

La respuesta debe ser simple... por que estamos agradecidos del amor de Dios.

Romanos 5:8 NTV pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

Es hora que endendamos que debemos vivir cada segundo con el corazon de rodillas ante el Dios Eterno y Soberano.