En ocasiones, pareciera como que no tenemos salida. Los problemas y situaciones que enfrentamos se levantan como gigantescas murallas que nos impiden avanzar, obstaculizan nuestro andar y detienen nuestra marcha. Son circunstancias fuera de nuestra capacidad de resolver o manejar, circunstancias que nos dejan sin aliento y hasta desesperanzados. Sin embargo, Cristo nunca predicó un Evangelio de solo triunfos y prosperidad. Al contrario, y para la desilusión de muchos, Jesús mismo dijo, " ...Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo" Juan 16:33.
Nos queda claro que el vivir en este mundo significa que padeceremos aflicción, ¿cómo entonces podemos alcanzar esa paz que Cristo nos ofrece? Jesús también dijo, "...Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo" Juan 14:27. De modo, que Cristo mismo se presenta como la solución a las muchas aflicciones que diariamente enfrentamos en nuestras vidas. En Juan 14:1, Él nos exhorta a que no permitamos que nuestro corazón se llene de angustia y temor sino más bien que confiemos plenamente en Él.
El confiar en Él, nos permite acceso inmediato a su paz. Por lo que hoy te retamos a que abandones el barco de la angustia y la preocupación y te agarres fuertemente de su promesa. Dios tiene paz para ti en este día, solo tienes que abandonarte en sus brazos y confiar en su soberanía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario